Texto: Carmen Contreras/Cambia.pe
Ilustración: Otto Alegre/Cambia.pe

Comer es un hábito indispensable para la supervivencia. El arroz, pollo, menestras, carne y lechuga son algunos alimentos integrados en nuestra dieta alimenticia diaria. Sin embargo, al consumirlos, también generamos un impacto en el ambiente.

Por ejemplo, la papa que comemos casi a diario, tardó un buen tiempo en tomar la forma que tiene, soportó climas extremos, algunas plagas y necesitó de mucha agua y abono para ser nutritiva y de buen sabor. Después, tuvo que ser transportada varios kilómetros hacia un mercado para llegar a las manos de alguien, lo cual implica que se usó combustible y se emitieron gases contaminantes.

El recorrido de la carne es un poco más demandante. La ganadería genera más del 14% de las emisiones de efecto invernadero causadas por el hombre, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO). La producción en torno a esta actividad, necesita miles de litros de agua y alimento para mantener al ganado, como pasto u otras vitaminas.

Recorre el cursor en la imagen y descubre algunos datos:

Después de que tenga una edad madura, el ganado pasa por un proceso engorroso que tiene como resultado pedazos de carne que viajarán un largo tramo para llegar a los mercados, en donde además de lavarlos, tienen que mantenerse refrigerados hasta que llegue el comprador.

A medida que los efectos del cambio climático son más notorios, nos preguntamos si nuestra elección para comprar nuestros productos puede cambiar el rumbo de las cosas.

Menos carne puede significar menos agua y metano (gas de efecto invernadero producido por las vacas). Asimismo, comprar en mercados y no en supermercados, disminuye la energía usada para la refrigeración y luces innecesarias. Elegir más menestras y papas en el mercado local también ayuda al productor menor y, además, ya no tienen que viajar tanto para buscar un comprador.

Pero el ciclo no acaba ahí. ¿Qué harás con tus restos de comida? ¿Qué harás con las verduras que sobran y ahora están malográndose en el refrigerador? Un latinoamericano produce entre uno y 14 kilos de basura por día, es decir, hasta la quinta parte del peso promedio de una persona. Este es, quizás, el cambio más importante para empezar a ser un consumidor responsable: comprar lo necesario.

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