Una investigación realizada en Madre de Dios arrojó resultados preliminares sobre el potencial de reducción de emisiones de CO2 gracias a la implementación de técnicas de aprovechamiento de impacto reducido.

Los bosques guardan una relación directa con el cambio climático, pues constituyen inmensos almacenes de dióxido de carbono (CO2), principal gas de efecto invernadero (GEI), el cual incrementa la capacidad de nuestro planeta para retener la energía proveniente del sol.

Pero aunque son parte de la solución también son parte del problema, ya que la deforestación y degradación de los bosques implican obligatoriamente la liberación de CO2 a la atmósfera.

En el caso de Perú casi la mitad del total de las emisiones de GEI (47%) provienen del cambio de uso del suelo, muchas veces originado por la tumba de bosques para desarrollar actividades como agricultura y ganadería. En consecuencia, es importantísimo otorgarle un valor económico a los bosques que aseguren su supervivencia; lo cual es justamente la principal motivación de este estudio.

La investigación “Cuantificación de la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero a causa de la implementación de prácticas de aprovechamiento de impacto reducido” tiene como objetivo principal verificar si las prácticas de Aprovechamiento de Impacto Reducido (AIR) contribuyen efectivamente a reducir las emisiones de GEI.

Gracias a la identificación de un set específico de prácticas de AIR y su respectiva cuantificación de emisiones evitadas (mediante la participación de un tercero como organismo auditor), se podría lograr un beneficio económico para los manejadores de bosques que cumplan con estándares previamente definidos. De esta forma, el manejo forestal sostenible aumentaría su rentabilidad económica, promoviendo así la conservación de estos ecosistemas.

“Debemos tener presente que el aprovechamiento forestal a través de actividades de impacto reducido dará lugar a la reducción de emisiones cuando sus prácticas son implementadas correctamente; y se ha podido concluir que ello va a ser posible solo si se trabaja en el desarrollo y bienestar del capital humano en las concesiones forestales. Se deben mejorar las condiciones laborarles y fortalecer las capacidades técnicas y reducir la rotación de personal. Se debe evitar la fuga de capacidades”, afirma Matías Harman, especialista en Ciencias Forestales.

“Si los residuos de biomasa que se generan por el aprovechamiento forestal no van a tener utilidad fuera del bosque, es mejor dejarlos en el bosque”, sostiene Rosa Goodman, Ph.D. en Geografía.

Este estudio se realizó específicamente en la provincia de Tahuamanu, departamento de Madre de Dios, no obstante se espera replicar este modelo en otras concesiones forestales de países amazónicos, como Bolivia, Colombia y Brasil

 

cortesía: WWF

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