Además de ser vocero y contribuir con información académica sobre el cambio climático, Iván Lanegra suma esfuerzos a este compromiso con el planeta con pequeñas acciones de su vida diaria: “Al medir mi huella verde personal tengo una ventaja enorme: yo no tengo auto. Entonces, el simple hecho de movilizarme en transporte público o a pie reduce significativamente mi impacto”, explica. Aunque, al rato, lo invade cierto sentimiento de culpa: “Trato siempre de ser un consumidor responsable, pero confieso que en lo único que soy bastante insostenible es en la compra de libros; esa es mi parte consumista, pero no parece tan mala, ¿no?”.

El abogado y especialista en políticas ambientales publicó recientemente su libro ¿Qué es el cambio climático? Calentamiento global y sociedad (Planeta, 2017). Conversamos con Iván Lanegra sobre algunos de los temas que aborda en esta publicación.

 

Dado que se trata de un libro introductorio, empecemos por lo más básico: ¿Qué origina el cambio climático?

Se calcula que, más o menos, la diferencia de temperatura respecto a la que tenía el planeta en la época preindustrial es de un grado Celsius. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ha llegado a la conclusión de que el principal causante son los llamados “gases de efecto de invernadero”, que son un conjunto de gases que tienen la particularidad de retener el calor que viene desde afuera de la Tierra. Estos gases están presentes naturalmente sin la intervención humana y son los responsables de que la vida en la Tierra sea posible, pues permiten que la diferencia de temperaturas entre día y noche no sea mayor, sin embargo, un aumento significativo de esa cantidad de gases puede variar esas condiciones. En el último siglo y medio, se ha registrado un aumento progresivo de la cantidad de esos gases, en particular, del dióxido de carbono; y su principal fuente son los combustibles fósiles, aquellos derivados del petróleo y el carbón. También hay un deterioro de la superficie forestal del planeta, que, al perderse o cambiar de uso, tiene un impacto en la presencia de estos gases en la atmósfera.

 

Aunque se podría creer que no hay duda respecto de la responsabilidad humana en el cambio climático, en el libro le dedicas un espacio a los escépticos.

Hay varios tipos de escépticos. Los más extraños son los que cuestionan el hecho del calentamiento global, que, en muchos casos, es simplemente ignorancia. Por ejemplo, algunos comentan: “Si en Europa o Estados Unidos han tenido un invierno muy duro, ¿cómo es esto de que la Tierra se está calentando?”. Lo que ocurre es que este calentamiento es un promedio de la temperatura global. Hay instituciones muy serias que realizan esa medición y no hay mucha discusión al respecto, lo que muchos cuestionan es si las emisiones de gases de efecto de invernadero de los seres humanos son los responsables de este cambio. Hay un argumento de carácter histórico, que sostiene que no es la primera vez que le sucede esto al planeta, pues se ha enfriado y calentado, muchas veces, a lo largo de la historia. Entonces, estas personas cuestionan que las emisiones tengan alguna relación con el tema. Pero, bueno, los científicos que plantean estas hipótesis alternativas son muy pocos en relación con la gran cantidad de expertos que ha demostrado que sí existe relación. Conforme los científicos son más especializados, el nivel de confianza en las hipótesis que relacionan las emisiones de origen humano con el calentamiento global es más alto. Generalmente, los escépticos son, más bien, generalistas. Y, bueno, también es el tema de los lobbies y conveniencias de intereses.

 

Si las principales emisiones están vinculadas al petróleo, el carbón y la deforestación, ¿por qué el ciudadano común, que es tan ajeno a estas causantes, debería involucrarse?

Depende de qué persona estamos hablando. No todas las personas del planeta contribuyen por igual al problema. Hay personas que viven en países desarrollados, que tienen niveles de consumo más altos y sus economías son mucho más dependientes del petróleo y el carbón; ellos contribuyen más que los que viven en otros lugares del mundo. Por ejemplo, el Perú es un país que contribuye muy poco respecto a los gases de efecto de invernadero; de hecho, buena parte de nuestra contribución no tiene que ver con emisiones derivadas del petróleo, sino con deforestación o degradación de los bosques. Pero, así como hay responsabilidades individuales, también hay una dimensión colectiva: no se puede resolver un problema de esta dimensión sin presión sobre las autoridades, las empresas y los actores globales.

Presentación del libro en la 22 Feria Internacional del Libro de Lima.

A nivel local, ¿cuál es el principal desafío que nos plantea el cambio climático?

El Perú tiene como desafío principal la adaptación. Desde luego, la adaptación al cambio climático no es un tema que esté aislado de la mitigación y, además, está íntimamente vinculado con el desarrollo del país. Lo que hemos vivido este verano, con el Fenómeno del Niño Costero, es un buen ejemplo del tipo de impactos que puede generar la falta de adaptación ante eventos climáticos extremos. Es muy claro lo que implica esto como costo en vidas, infraestructura y economía, y todo eso tiene un impacto sobre el bienestar de la gente. Entonces, el principal desafío es cómo adaptarnos, cómo mejorar nuestra capacidad de resiliencia a estos cambios. Y eso no se resuelve, simplemente, con decisiones individuales; no basta con confiar en que todos van a tomar buenas decisiones por su cuenta y esto se va a resolver. El tema tiene muchas dimensiones y, precisamente, el Perú está desarrollando un Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático, donde van a estar condensadas las primeras líneas de acción que se requieren para convertir el Perú en un país mucho más resiliente.

 

¿La Ley Marco de Cambio Climático, que probablemente se apruebe en la próxima legislatura, podrá ayudar a desarrollar soluciones integrales?

Hasta cierto punto. Para muchos de los temas se necesita cambios a nivel de leyes orgánicas y, posiblemente, esta solo llegue a ser una ley ordinaria. Este proyecto de ley habla de un Consejo de Alto Nivel que discutirá la implementación del Acuerdo de París y está muy bien, pero, luego, al momento de implementar sus medidas, ese consejo va a tener que enfrentar otros temas concretos que requieren de instrumentos que sincronicen las políticas alrededor de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y eso no se resuelve con un Consejo de Alto Nivel. Yo creo que esta ley puede ordenar la gestión, lo cual no es poca cosa, pero los problemas de gobernanza reales son más complejos que eso, no se solucionan solo con coordinación.

 

¿Cuánto se ha avanzado en la Contribución Nacional del Perú (NDC) respecto al cambio climático?

Bueno, recordarás que el Perú hizo su contribución considerando dos dimensiones: mitigación y adaptación; y se ha avanzado en el proceso de organizar el conjunto de medidas que van a ser consideradas. El año pasado se instaló un grupo técnico que está trabajando en la definición de esa agenda de medidas que, finalmente, serán las que se van a implementar. Hay que recordar que este proceso de implementación inicia en el 2020, pero el desafío más grande va a estar en cómo organizas la implementación de cada medida específica, porque hay algunas que son muy complejas.

 

Más información:

El libro está a la venta en las principales librerías a S/ 45.

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