El Parque Nacional Huascarán no se ha dejado vencer por el Cambio Climático. Por el contrario, ha visto la manera de sacar provecho de él y reenfocar su circuito turístico. El Pastoruri ya no es el principal atractivo. Ahora, en su lugar, el visitante puede observar y entender, de manera directa, los efectos del cambio en el clima en la naturaleza.

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En los últimos años, las visitas al Parque han disminuido. El nevado del Pastoruri, su atractivo principal, se ha reducido en más de un 25% en 33 años y ya no se puede realizar deportes de aventura, como esquiaje sobre la nieve.

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Foto: Natalia Queirolo

“En el año 2001 llegaron a ingresar 70 mil personas a la reserva, pero en el 2013 disminuyó a 36 mil”, dice Ricardo Jesús Gómez López, Jefe del Parque Nacional Huascarán.

Fue así como, el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (SERNANP), el Ministerio de Turismo a través del Plan Copesco, la Municipalidad Distrital de Cátac y la Comunidad Campesina de Cátac decidieron darle un giro distinto a la ruta turística. El proyecto fue aprobado y declarado viable el 17 de septiembre del 2010 y culminó en junio de este año.

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Foto: Natalia Queirolo

Nuevos atractivos

La ruta comienza en la zona de amortiguamiento y termina en el núcleo de la reserva. Para llegar, hay que viajar al departamento de Áncash y pasar por los caminos de Yungay y Pachacoto.

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Foto: Natalia Queirolo

Desde el inicio se pueden apreciar diversas especies de aves, los picos de los nevados, las famosas puyas Raimondi y un paisaje altoandino asombroso.

 

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Foto: Natalia Queirolo

Más adelante se puede visitar el nuevo Centro de Interpretación del Cambio Climático. Allí se han establecido maquetas de los glaciares, paneles fotográficos y salas de video para explicar cómo el clima ha cambiado con los años.

El nuevo museo explica de manera clara cómo la desglaciación ha ido aumentando. Entre el año1948 y 1976 retrocedió 8.19 metros al año. En el 2007, el Pastoruri comenzó a fragmentarse y pasar a ser un casquete glaciar. Y entre 1991 y 2012 retrocedió casi el triple que en la primera etapa de observación. Un aproximado de 23.37 metros por año.

En la laguna de Pumapampa, a 10 minutos en auto del centro de interpretación, aparecen los bofedales, filtraciones naturales del agua subterráneas, consideradas también como un “laboratorio natural”, de cuyas aguas se extraen metales pesados, como plomo, cadmio y fierro, para ser aptas para el consumo humano.

La última parada es a las faldas del nevado Pastoruri, a 5000 m.s.n.m., donde el turista puede subir a pie o a caballo hasta la cima. Este año se construyó un nuevo sendero de cemento de 1600 metros de largo.

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Foto: Natalia Queirolo

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