Ahora en San Martín visité la comunidad de los Lamas, y me contaron que las lluvias también están irregulares en su poblado. No llueve entre enero y setiembre, con excepción de algunos días en abril. Esto perjudica la producción de Sacha Inchi, que cada vez tiene más demanda en un mercado de exportación por su alto contenido de omega 3.

Hace algunos años se fomentó la producción de esta semilla en Lamas, diciéndole a la gente que iba a tener mucha demanda. Esta idea nunca se llegó a concretar, y los grandes cultivos de sacha inchi en muchos casos fueron desperdiciados. Ahora, que sí hay un mercado y demanda real, los factores climatológicos complican la situación.

«Hay mucho verano que no permite que las plantas produzcan bien y las frutas se malogran» – me contaba Tenorio Salas, de Lamas. Ahora los productores están trabajando solo con las pocas semillas que tienen, pues entre la reducción de la producción y el aumento de la demanda ya no hay mucho sacha inchi para el consumo local, donde se consumía con propósitos de medicina tradicional principalmente.

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