¿Sabías que dentro de tu celular hay, por lo menos, 12 minerales que son altamente tóxicos y que tiene entre 500 y 1000 partes y cada una tiene un proceso de producción propio?

¿Te imaginas la cantidad de energía que cuesta transportar todas estas piezas? Para que llegue un celular de China a Lima, por poner un ejemplo, se genera 50 kg de dióxido de carbono. ¡500 veces el peso del celular!

Y si se calcula cuanto puede contaminar los 30 millones de teléfonos que hay en el Perú, se emiten 8.000 000 toneladas de dióxido de carbono al año. Para mitigar todo ese daño, se necesitarían reforestar 600 000 hectáreas de árboles al año.

En el 2014, se calculó que en el Perú se generó 22 mil toneladas de desechos de celulares y se vendieron cerca de cinco millones de smartphones en el país, los cuales entrarán a la categoría de basura para el 2016.

Además de los daños al medio ambiente, la minería ilegal que provee a las compañías fabricantes de celulares enriquece a grupos armados y alimenta un conflicto que genera millones de víctimas y de personas refugiadas, explota mano de obra semiesclavizada o infantil, y destruye las selvas.

La explotación de coltán y casiterita, valiosos minerales que hacen posible la tecnología de nuestros móviles, ordenadores y consolas, está en el centro de los conflictos bélicos que producen millones de víctimas y refugiados en la República Democrática del Congo. La minería ilegal explota mano de obra infantil o semiesclavizada, destruyendo además los hábitats de muchas especies como los chimpancés y gorilas, en grave peligro debido a la caza furtiva y la deforestación.

En el siguiente video podrás ver, de una manera muy divertida, en qué magnitud contaminan los celulares sin que nos demos cuenta:

En el Perú, en el marco del nuevo Reglamento Nacional para la Gestión y Manejo de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos, la empresa Claro suscribió un convenio de colaboración con la Municipalidad Distrital de Bellavista buscando incorporar nuevos puntos de acopio para el programa Yo Reciclo, Yo soy Claro.

La empresa de telecomunicaciones instalará contenedores en diferentes puntos del distrito tales como el Palacio Municipal, las Gerencias de Servicios Sociales y Desarrollo Urbano y dos casetas de seguridad. De esta forma se facilitará a los vecinos de esta comuna chalaca el desecho responsable de celulares, baterías y accesorios en desuso, independientemente de su marca u operador.

Contexto Peruano

Los Residuos de Artefactos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) –como se los llama– han crecido a pasos acelerados en los últimos años. Además del menor tiempo de vida útil de estos aparatos, los peruanos han elevado su capacidad adquisitiva y, con ello, el consumo de estos productos.

De acuerdo con STEP, una alianza de organizaciones de la ONU, la basura electrónica en el mundo aumentará un 33% en cinco años. En total, fueron 49 millones de toneladas producidas el año pasado. Según esa misma fuente, el per cápita de los peruanos es de 6 kilos de RAEE.

Los peligros de un mal manejo de estos desechos han despertado la alerta mundial. El Perú ya tiene un reglamento para el manejo y gestión de estos desechos que involucra a todas las empresas productoras y comercializadoras de artefactos eléctricos y electrónicos. La puesta en marcha de los planes de acción de las empresas se dejará sentir en el segundo semestre del año. Estas empresas tienen la obligación de poner puntos de recepción de los RAEE, para garantizar un manejo ambientalmente responsable.

“Lo que ocurre es que todos esos desechos son manejados en el mercado informal, en el que el cuidado ambiental no es la prioridad, sino el ingreso económico”, explica el ingeniero Fausto Roncal, funcionario del Ministerio del Ambiente (Minam).

Algunas calles del Centro de Lima, como Leticia, son usadas como punto de operaciones de desmantelamiento de estos aparatos, sin las medidas de seguridad respectivas. “Un ‘cachinero’ lo único que quiere de una pantalla de computadora es el cobre que está en la parte de atrás. En el proceso de extraerlo no le importa romper el vidrio que contiene plomo”, reflexiona Óscar Espinoza, director de IPES. De acuerdo a la normativa actual, ese vidrio debe terminar su vida en un relleno de seguridad.

Beneficio económico

Estos artefactos pueden contener minerales preciosos en pequeñas cantidades, como el oro. Las partes más valiosas se han comenzado a recuperar, además de otros minerales y los plásticos. Gracias a esto, hay una industria nueva de reciclaje de los RAEE en el mundo.

Espinoza reflexiona que con el tiempo esta industria será más fuerte frente a la tendencia de una menor cantidad de metales extraídos en el mundo. Por ejemplo, la proyección es que solo queda aluminio para los próximos cien años, agrega.

Aún la tecnología para recuperar parte de estos componentes es costosa. Solo algunas plantas en el mundo recuperan los minerales de las tarjetas electrónicas. Jaime Grados, director de Perú Recicla, empresa operadora autorizada en el manejo de los RAEE, menciona que los ‘cachineros’ en el país llevan esas tarjetas al río Chillón y las queman con el consiguiente impacto de toxicidad en el aire.

En cuanto al plástico de las computadoras, que contienen bromo para evitar su calentamiento, es exportado a Hong Kong (China), donde existe la tecnología para su reciclaje adecuado, comenta Jessica Li, representante de San Antonio Recycling, otra de las empresas operadoras autorizadas.

Espinoza refiere que si estas operadoras solo generaran sus ingresos vía la exportación de los elementos recuperados, entonces, el balance económico les sería negativo, debido a los estrictos controles ambientales. ¿Quién tiene que pagar eso? La solución que se ha encontrado en el país es que las empresas productoras, importadoras o comercializadoras de los artefactos se hagan cargo del financiamiento, bajo la figura de la Responsabilidad Extendida del Productor (REP). Estas contratarán los servicios de las operadoras para garantizar el adecuado destino final de los RAEE.

Logística inversa

El reglamento del Minam deja en claro que todas las empresas deberán tener planes de recojo de los RAEE. A diciembre del 2013, se presentaron 264 planes de manejo para su aprobación.

Sin embargo, ya existen algunas experiencias de empresas que han tomado la iniciativa y ya comenzaron sus programas. Las empresas de telefonía son algunas de ellas. Por ejemplo, Telefónica, que empezó en el 2007 con Recíclame, ha recolectado más de 16 toneladas de celulares, cargadores y accesorios en desuso. Claro hizo lo propio hace cuatro años y recogió un acumulado de 89 mil piezas. “La gente ha venido respondiendo positivamente. Para ello, hemos acompañado la comunicación y sensibilización, con acciones adicionales, como por ejemplo realizar un circuito de charlas educativas en colegios”, refiere Elí Sondón, gerente de Asuntos Corporativos de Claro.

Como parte de su programa Road to Zero, destinado a tener cero huella ambiental para el 2050, la empresa Sony cuenta desde junio con espacios para recibir los artefactos en desuso en sus tiendas Sony Store y a fines de julio en los centros de servicio en los distritos de San Isidro, San Borja, San Miguel, Los Olivos y otros. El área de cobertura se irá expandiendo cada tres años hasta abarcar la totalidad del país.

En tanto, Hipermercados Tottus posee el primer plan de manejo aprobado en el sector del ‘retail’. “Hemos propuesto recolectar en el primer período un mínimo de tres toneladas de estos residuos, meta que significa un gran reto en nuestra gestión”, explica Julissa Solano Valdiviezo, gerenta de Gestión de Calidad de Tottus.

Además, unas diez empresas de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI) han presentado un plan de manejo colectivo, otra de las opciones que plantea el reglamento. “Una de ellas que elaboró un plan de manera voluntaria en Chile fue la que promovió este colectivo”, comenta Cecilia Rosel, gerenta de asuntos ambientales del gremio empresarial.

Como estas experiencias, el resto de empresas tendrá que seguir el mismo camino. La mayoría de los planes aprobados entrará en funciones desde setiembre. En un primer paso, la recolección será de celulares, computadoras y sus componentes. Para dentro de unos meses se prepararán los planes para el resto de artefactos más grandes, como refrigeradoras, neveras y otros.

Para cerrar: una pantalla de computadora CRT puede contener hasta tres kilos de plomo. Aparte de la tarea de las empresas y el Estado, es importante que los consumidores se preocupen de que sus artefactos obsoletos terminen su ciclo de vida en las manos adecuadas, para evitar la contaminación de nuestro ambiente.

Cortesía: El Comercio, MINAM

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