En el camino de regreso a Lima, paramos en Nazca para ver los restos de una cultura que tuvo mucho ingenio en técnicas de adaptación. Además de acueductos, los nazca construyeron vías subterráneas a lo largo del valle, que vienen desde los Andes, y que han servido como canales de irrigación desde el siglo I hasta el día de hoy.

Existe agua subterránea en el subsuelo de Nazca, a unos 40 metros, pero si no fuese por estas instalaciones la zona no tendría agua en la actualidad. En los ojos, excavaciones circulares como la de la foto, se puede ir siguiendo la profundidad progresiva de estos canales. Este es uno de los mejores ejemplos de adaptación en la historia del Perú a la escasez de recursos hídricos.

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