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El gobierno de Oslo, la capital de Noruega, ha creado la planta de Klemetsrud que transforma la basura del país y del Reino Unido en energía y calefacción.

Pero para hacer esta conversión con éxito, se pasa por una larga cadena de procesos. Uno de ellos es la pre recolección de todo aquello que se puede reciclar.

Para dar una idea de la magnitud de basura que se re utiliza, luego de filtrar todo aquello reciclable, la planta trabaja con aproximadamente 300 toneladas de residuos no re utilizables.

Una provechosa inversión

«Cuatro toneladas de residuos tienen la misma energía que una tonelada de combustible», afirma Pal Mikkelsen, director de la agencia Waste-to-energy para BBC Mundo. Y un kilogramo de residuos de alimentos produce la mitad de un litro de combustible.

La conversión de basura implica, a su vez, una inversión de energía: en transporte de residuos, funcionamiento de la planta, etc. Sin embargo, esta es mínima en comparación con la energía que se obtiene al final del proceso.

Con una pequeña parte de la carga máxima de un camión de basura de una ciudad británica (de Lees o Bistrol, ciudades que exportan su basura a Oslo) se puede calentar una casa de Oslo por medio año.

En total, 56 mil hogares pueden tener suministro de energía y calefacción proveniente de la planta cuando esta alcanza su capacidad completa.

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Pasos para generar energía

Los desechos que llegan a la planta son quemados a altas temperaturas. El calor producido por esta quema hierve agua y crea un vapor que impulsa una turbina que, a su vez, genera electricidad.

Además de la energía producida, el agua hirviendo se canaliza hacia casas y escuelas de Oslo y sirve como calefacción durante los duros inviernos.

De manera paralela, la ciudad realiza otras formas de generar energía a partir de residuos. Una de ellas es el biogas extraído de la materia orgánica en descomposición, el cual hace funcionar toda una línea de bus.

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Una ciudad más verde

El programa Waste Management Strategy se puso en marcha en el 2006, con el objetivo de incrementar la eficiencia energética de la ciudad. Lo que puso a Oslo como finalista al premio Liderazgo Climático y Ciudad otorgado por C40 y Siemens.

Además de evitar el uso de combustibles fósiles, este procedimiento permite consumir parte del relleno sanitario y impedir que de él se desprendan gases que contribuyen al cambio climático.

Si los gases producto de la combustión son manejados adecuadamente, se cree que la conversión de basura en energía reducirían a la mitad las emisiones de carbono en los próximos 20 años.

 

Fuente: http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2013/09/130923_ciencia_noruega_basura_energia_ng.shtml

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