Foto: Thomas Müller

Foto: Thomas Müller

Escrito por Milagros Salazar / Cortesía Valorando Naturaleza

Cada segundo existe mayor certeza de la responsabilidad que tiene el hombre en el cambio climático y más evidencias del efecto irreversible en la vida de todos los seres que habitamos la Tierra. El quinto informe del Panel Intergubernamental de Naciones Unidas para el Cambio Climático (IPCC), confirma las causas, los impactos y los escenarios futuros que urge prevenir. Aquí ahondamos en como América Latina se ha visto afectada y que acciones existen en la región.

Si el calentamiento global se considerara en estricto una enfermedad, un médico diría que existen diagnósticos y síntomas suficientes para no recetar más analgésicos y postergar una intervención de emergencia.

El diagnóstico 

Los científicos del IPCC, tal cual los médicos en una sala de cuidados intensivos, han señalado, en su quinto informe del Grupo 1, que hay signos preocupantes de aceleración de los impactos del cambio climático y que existe un 95% de certeza de que las acciones del hombre han ocasionado este problema global desde 1951.

“La evidencia de la influencia humana ha aumentado desde el último informe, y es extremadamente probable que la influencia humana ha sido la causa dominante del calentamiento global observado desde mediados del siglo XX”, señala el documento.

La primera década del 2000 ha sido la más cálida de acuerdo con el organismo científico. Las evidencias son contundentes y vienen en cadena. En la última década, la capa superficial de hielo de Groenlandia se derritió seis veces más rápido que en los diez años anteriores. En la Antártida el ritmo se intensificó en cinco veces. A este paso, el Polo Norte, un lugar que imaginamos cubierto de hielo marino, podría desaparecer durante veranos cada vez más intensos.

Los glaciares de los Andes tropicales, que atraviesan Colombia, Venezuela, Perú, Ecuador y Bolivia, enfrentan hoy el derretimiento más acelerado de los últimos 300 años. Se han reducido entre 30% y 50% desde los años setenta, de acuerdo a un estudio publicado por la revista académica Cryosphere a inicios de este año.

Los análisis 

Para Pía Zevallos, experta en el tema y gerente de la organización no gubernamental Libélula en Perú, los informes del IPCC “han permitido mejorar el entendimiento sobre el cambio climático y generar un sentido de urgencia que lleve a la acción”.

Ella considera que un aspecto clave de este último reporte es que la “ciencia ha mejorado” en su intento de lograr descifrar el fenómeno. El científico del IPCC, el peruano Eduardo Calvo, señaló que una de las razones es que “ahora existe mejor información para tener conclusiones más precisas”.

En este esfuerzo, los reportes científicos del IPCC se trabajan en diferentes grupos. El reciente informe, que fue elaborado por el Grupo 1, evalúa el estado de la ciencia, la calidad de los modelos usados, las investigaciones nuevas y la incertidumbre asociada para interpretar mejor la información que existe sobre los impactos observados y proyectados, explica Zevallos. En su mayoría, este grupo está integrado por científicos de los países desarrollados que cuentan con toda la tecnología para hacer las proyecciones.

Por esa razón, los puntos más saltantes del informe tienen que ver con futuros escenarios. De acuerdo al reporte, en ningún caso se proyecta un aumento de temperatura menor a un promedio de 1°C e incluso puede llegar a 3.7°C hacia finales del siglo. Esto es preocupante porque el panel de expertos recomienda tomar medidas urgentes que impidan el calentamiento de la tierra a más de 2°C. Este fue un objetivo adoptado por los 195 países que negocian ante la ONU y que el presidente del IPCC, Rajendra Pauchi, recordó durante la apertura de la conferencia anual del organismo en Estocolomo, a fines de setiembre.

Muchas respuestas y también incertidumbres se juegan mar adentro. Ningún escenario tampoco proyecta un aumento de nivel del mar menor a 0.2 centímetros y puede llegar a 0.6 centímetros al 2100.  El océano es donde la mayor parte del dióxido de carbono y del calor (energía) se está acumulando, lo cual ocasionará acidificación y que aumente el riesgo para la alteración de las corrientes, refiere un informe de Greenpeace.

El incremento de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera no tiene precedentes “y se necesitará reducción sustanciales y sostenidas para limitar el cambio climático”, apuntó Zevallos.

Enfoque en el sector de uso de suelo

El reciente informe del IPCC resalta que el 30% de las emisiones provienen del cambio del uso de suelo y la deforestación. En este escenario, “la valoración de los servicios ambientales (como preservar los bosques para capturar dióxido de carbono) es importante porque sirven como mecanismo de adaptación y mitigación” para que no EL SECTOR aumenten las emisiones, explicó Eduardo Calvo, quien es vicepresidente del Grupo II del IPPC.

En respuesta a este escenario, hay algunos países de América Latina como Perú que están trabajando en estrategias de mitigación para detener la deforestación y el cambio de uso del suelo. La meta en este país es alta: conservar el 75% de los bosques al año 2021. Sin embargo, para algunos expertos consultados en ese país, no se está avanzando al mismo ritmo en las estrategias de adaptación.

Las luces y sombras de estos esfuerzos así como los impactos del cambio climático por continentes se conocerán en el informe que publicará en abril próximo el Grupo II. Para fines de octubre se prevé tener el borrador final del documento, precisó Calvo. El científico considera que la información no será tan diferente a la que ya se publicó en el reporte anterior de 2007. “Algunas cosas siguen vigentes, lo que hacemos es actualizar la información”, aseguró.

… Y en América Latina

En el caso de América Latina, existen condicionantes del clima particulares como el fenómeno de El Niño que tiene impactos significativos en Perú y Ecuador, una gran influencia en el clima de la región que “no permite hacer un diagnóstico fiable”, según Eduardo Calvo.

La alerta de emergencia es clara: “es en esa interacción de esta variabilidad con el cambio climático inducido por el hombre que los mayores (y posiblemente irreversibles) impactos se pueden dar”, apuntó Pía Zevallos tras revisar con ávido interés el voluminoso informe de este mal global que hace tiempo dejó de tener un pronóstico reservado. Todo lo contrario, es cada vez más difundido porque involucra a todos sin excepción.

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