Proyectos energéticos insostenibles evitados gracias a la oposición social.

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Moratoria petrolera en un hábitat de ballenas grises en Rusia

El 22 de octubre de 2013 la organización ecologista internacional WWF daba a conocer una nueva victoria para el medio ambiente relacionada con la explotación de hidrocarburos.

La buena nueva consiste en un aplazamiento hasta al menos 2017 de la decisión sobre la construcción de una nueva plataforma petrolífera cerca del hábitat de una población de ballenas grises en peligro de extinción en el Pacífico noroccidental, de las que apenas quedan 150 ejemplares.

La campaña de concienciación sobre la empresa petrolera, Sakhalin Energy, y sobre los bancos que financiaban este proyecto, ha conseguido que el propio consorcio petrolero tomara voluntariamente esa determinación. Ello implica que ahora hay un margen de tiempo más amplio para tratar de convencer a promotores, inversores y autoridades de que el proyecto debe ser completamente abandonado.

La plataforma petrolífera en cuestión, denominada Sakhalin-II, se pretendía construir cerca de la zona de alimentación estival de esas ballenas grises en el extremo oriente de Rusia, donde ya existen otras dos instalaciones petroleras. WWF ha argumentado que, de acuerdo al conocimiento científico existente, el aumento de la contaminación acústica submarina por la construcción y el funcionamiento de la estructura podrían forzar a estos cetáceos a emigrar de su zona de alimentación, lo que podría tener consecuencias nefastas para su supervivencia.

Las ballenas grises tienen mala vista y para encontrar alimento (y comunicarse entre ellas) se basan en la ecolocalización, una de las funciones de su sofisticado sistema auditivo, extremadamente sensible. Tanto los adultos de ballenas grises como sus crías recién nacidas deben consumir suficiente alimento durante el verano para poder hacer con éxito sus largos procesos migratorios.

Obviamente, la amenaza de vertidos de petróleo es otro de los problemas ambientales inherentes a este tipo de explotación que pueden tener consecuencias catastróficas para los ecosistemas afectados y para los seres vivos, como las ballenas grises, que en ellos se desenvuelven. Con la complicación añadida de que en las gélidas aguas subárticas estos vertidos son aún más difíciles de limpiar.

No obstante, WWF alerta de nuevos desarrollos petrolíferos en la zona, como el muelle temporal proyectado por Exxon Neftegas Limited en hábitat ballenero, lo que igualmente podría perturbar su área de alimentación, un proyecto absurdo pues existen otras alternativas de descarga en tierra, según WWF. La lucha, pues, continúa.

 

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