A finales de agosto, Beijing empezó a transformar sus calles en paisajes limpios y libres de smog después de que las autoridades decidieran tomar medidas drásticas para disminuir la contaminación del aire. Durante unos días, cientos de fábricas cerraron y la mitad de los cinco millones de automóviles que recorren la ciudad todos los días fueron prohibidos.

El objetivo era poder disfrutar del aire limpio durante un gran desfile que celebraba el septuagésimo aniversario de la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial. En este día, el índice de calidad del aire mantuvo cifras positivas para la salud de la población.

Sin embargo, la satisfacción no duró tanto. El pasado viernes, después de dos semanas del desfile, la ciudad lució de nuevo un cielo gris y sucio. Según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, el nivel que mantiene Beijing puede empezar a provocar efectos ‘adversos’ para la salud.

Desde hace mucho tiempo, esta ciudad china es reconocida por los índices de contaminación que se incrementan junto a su economía.

Fuente: CNN.

Comments

comments