Según el Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno El Niño (Ciifen), con sede en Ecuador, el fenómeno El Niño alcanzó “su máxima intensidad” el noviembre pasado y esta se prolongará  hasta enero de 2016. Sin embargo, su intensidad disminuiría durante el primer semestre de ese año.

De acuerdo a los últimos informes de la Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por su sigla en inglés), las probabilidades de que El Niño se prolongue en el hemisferio norte hasta la primavera de 2016 son de alrededor de un 85%, y de un 90% a lo largo del invierno 2015-2016.

Recientemente, el secretario general de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Michel Jarraud, señaló que existe una tendencia de que los años más calientes son aquellos en los que desarrolla El Niño. Los años fríos, coincidentes con el fenómeno inverso de La Niña, también son más calientes.

En ese sentido, los expertos afirman que es posible que el 2016 sea todavía más caliente que el 2015. Por otro lado, han registrado que la temperatura de otros océanos son similares, pero debido a que el Pacífico es extenso, el impacto es más dramático.

La ONU alertó sobre las consecuencias del fenómeno en zonas vulnerables: “Más de 500 millones de menores viven en zonas donde la probabilidad de que ocurran inundaciones es sumamente alta y 160 millones residen en lugares donde las sequías son extremadamente graves”.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) indicó que 11 millones de niños podrían sufrir de hambrunas y enfermedades como la malaria, dengue, diarrea o cólera.

Fuente: EfeVerde.

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