El problema del plástico en los océanos y los vertimientos de este material en el mar, que se contabiliza ya en millones de toneladas desde el surgimiento del mismo, en el siglo XIX y que se intensificó dramáticamente después de la Segunda Guerra Mundial, ha despertado las alarmas de los científicos en los últimos años.

Comprender el alcance de estos desperdicios y las zonas donde se concentran ha sido una de las tareas básicas llevadas a cabo por los estudiosos, quienes recientemente han creado el primer mapa de distribución de plástico en la superficie del océano mundial.

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Según sus resultados, existen cinco enormes acumulaciones de residuos de plástico en el mar, cada uno coincidiendo con los cinco grandes giros de circulación de agua superficial oceánica. La más conocida hasta el momento es la llamada «isla de basura» del Pacífico Norte, pero ahora, según el mapa, hay que ubicar otra en el Pacífico Sur, el Atlántico Sur y el centro del Atlántico Norte, así como en el Índico.

Es muy probable que grandes cantidades se estén acumulando en el océano profundo, modificando este enigmático entorno antes de que podamos conocerlo bien.

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Daños conocidos y desconocidos

Es conocido que los grandes residuos de plástico afectan la vida marina de diversas formas, como por ejemplo, obstruyendo el tracto intestinal de especies amenazadas, como las tortugas o algunos cetáceos. Sin embargo, el efecto de las micropartículas no se conoce aún y sus efectos, dado el alcance de las mismas tanto en superficie como en el fondo oceánico, puede ser exponencialmente mayor en la cadena alimentaria. De momento, es un misterio y todo un reto para la ciencia.

Según los autores de este estudio, hay indicios suficientes para sugerir que los comedores de plancton, generalmente pequeños peces, son vías importantes para la contaminación por plástico a través de la cadena, por lo que si se confirma esta hipótesis, los impactos podrían extenderse sobre los depredadores del océano a gran escala y llegar hasta el hombre.

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