Los árboles milenarios más grandes de  la Tierra están desapareciendo debido a la deforestación y el cambio climático. Algunos de ellos existen desde la Edad de Piedra y han llegado a crecer hasta 115 metros.

Los ejemplares más antiguos de secuoyas, eucaliptos o baobab no están clasificados en una categoría definida, pero son considerados por los botánicos como LOT, Large Old Trees (grandes árboles viejos, en inglés). Tampoco están fijados una altura mínima o envergadura.

“El cambio climático lleva las condiciones climáticas a niveles fuera del rango normal del nicho idóneo para el crecimiento y desarrollo del árbol”, señala el ecólogo de la Universidad Nacional de Australia, David Lindenmayer, especialista en grandes árboles.

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Fuente: Flickr.com/Rubén Díaz Caviedes

El investigador señala que estas especies son susceptibles a las sequías y también son amenazadas por la tala insostenible en muchas zonas. “Por ejemplo, la reducción de las lluvias en el sureste y suroeste de Australia provocará que estos grandes y viejos árboles no vuelvan a alcanzar la altura y tamaño que solían”, afirma.

Los árboles más viejos tienen un papel importante en sus ecosistemas que no los ejemplares más jóvenes no pueden. Por ejemplo, Las oquedades y recovecos del fresno de montaña son el ambiente en el que nacen, crecen y mueren unas 40 especies de vertebrados. Mientras que los baobabs de Madagascar mantienen otras especies vegetales y animales.

La deforestación de árboles grandes y pequeños ya ha puesto en riesgo la supervivencia de al menos 500 especies de mamíferos, aves y anfibios en el último siglo, según un estudio realizado por BirdLife.

Un colega de Lindenmayer, Bill Laurance de la Universidad James Cook de Australia, señala que proteger a los árboles más jóvenes y pequeños no cuesta mucho, pero sí a los viejos y grandes. “Almacenan grandes cantidades de carbono, liberan ingentes cantidades de humedad a la atmósfera, lo que ayuda a mantener la cubierta de nubes y las lluvias, son los supermercados del bosque donde hay flores, frutas y follaje para que los animales coman… y la lista sigue”, indica.

Además, muchos de estos gigantes tienen papeles importantes en la sociedad y cultura de las comunidades humanas que han vivido bajo ellos. En un estudio realizado en 2014, dos investigadores suecos señalaron que “el reconocimiento de los LOT como parte de la identidad humana y su patrimonio cultural es esencial para abordar la cuestión de su declive en todo el planeta”.

Fuente: El País.

Foto de portada: Flickr bajo licencia Creative Commons

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